domingo, 24 de septiembre de 2017

VII. ¿Y si tus padres se conviertieran en tus maestros?

Después de una pausa no voluntaria en el blog, vuelvo a retomarlo con un tema que creó un intenso a la vez que interesante debate en clase. Hoy hablamos de la educación en casa.

Sin hablar antes del tema, vimos el siguiente vídeo:



Estos hermanos no sólo aprenden las asignaturas típicas de una escuela al uso, sino que además dedican buena parte de su tiempo al estudio de diferentes instrumentos musicales, diferentes lenguas e incluso actividades extraescolares. (*)

En seguida saltaron voces a favor y en contra. Como puntos positivos, se consideró que con este tipo de educación es posible ahondar con mayor profundidad en los conocimientos. Y como ya he mencionado arriba, no se concentran en un estudio de materias a la antigua, sino que dan valor a destrezas como la música, que tristemente va perdiendo reconocimiento en el sistema escolar español, y son los chavales los que eligen las actividades que quieren hacer, por tanto desarrollan antes su carácter autónomo.

Sin duda alguna eramos más los que estábamos en contra de educar en casa. El principal motivo era la falta de contacto con otros niños. Los chicos del vídeo estudian con su madre, van de excursión en familia,... Considero que es contraproducente no dejarles vivir lo mismo que viven los demás: el día de mañana van a tener que desempeñar un trabajo en la sociedad, ir a comprar el pan en la sociedad, etc. Me parece peligroso el hecho de estar tan concentrados en un sólo contexto de la vida.

Por otro lado, no cualquier padre puede ser profesor de su hijo. ¿Acaso todos los padres tienen los conocimientos necesarios o saben en todo caso dónde encontrar la información y cómo manejarla? A esto le sumamos que no cualquiera puede permitirse destinar tantas horas para educar en casa y compaginar esto con un trabajo.

Estoy de acuerdo con lo que dice la madre al principio: existe un monopolio de la educación, sí. Estoy a favor de que se potencien escuelas con distintas estrategias educativas, escuelas más orientadas al trabajo que a lo académico, etc. Es decir, que haya variedad de escuelas, pero siempre en un contexto colectivo y reglado. Pero sin duda me es imposible compartir su visión tribal de la educación, como muy bien definió Marta.

¿A qué deberíamos dar más valor, al criterio particular de cada familia o al del sistema educativo, que no es otra cosa que el reflejo de nuestra sociedad?
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(*) Reflexionando sobre esto, no me podido evitar acordarme de mi experiencia como auxiliar de conversación en un instituto de secundaria en Alemania. En la primera semana allí se extrañaron por el hecho de que no tocara la guitarra porque "el flamenco es la música de España" (vivan los estereotipos *cartel de sarcasmo*), dado que la mayoría de los chavales allí toca algún instrumento desde pequeños. 
Lo mismo sucede con los idiomas: al menos en Renania del Norte-Westfalia es obligatorio que los alumnos que estén en bachillerato estudien dos idiomas (inglés obligatoriamente más español, francés o latín, a elegir) además del alemán. Y por si no fuera poco, muchos de ellos tenían padres de otra nacionalidad y conocían entonces otro cuarto idioma.
A esto añado que casi todos formaban parte de un equipo deportivo de la escuela, cosa que no existe (que yo sepa) en España.

2 comentarios:

  1. ¡Hola, Elena!

    Me encanta este post, sobre todo por lo que dices de que no todos los padres pueden ser profesores ya sea por falta de conocimientos como por falta de tiempo debido a otro trabajo. Muy buena tu reflexión comparando tu experiencia como auxiliar en Alemania y de la visión estereotipada que tienen sobre nosotros de "olé, olé", tortilla y toros. Te dejo una pregunta con respecto al tema del homeschooling, ¿educarías a tus hijos dentro de este sistema?

    Un saludo.

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    1. ¡Hola, Sandra! Creo que es evidente que no todos los padres pueden hacer esto. La señora del vídeo, además de contar con tiempo, parece que cuenta con una enorme cantidad de libros, películas y otros recursos. También da la impresión de ser una mujer cultivada.
      En cuanto a tu pregunta, creo que lo tengo bastante claro. No educaría a mis hijos en casa. En casa claro que se puede tener acceso a conocimientos, pero valoro mucho la figura del profesor como persona que sabe qué transmitir y cómo hacerlo. Y por encima de todo lo que tiene que ver con los conocimientos, me parece más relevante y enriquecedor el contacto continuo con otros niños y el desarrollo de valores como el respeto a los demás o habilidades como el hablar ante un grupo.

      ¡Un saludo!

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